Muchos me habeis pedido que cuente nuestra historia en Vietnam. Hay partes de esta historia que deben ser privadas, por el bien de mi hija, pero hay otras que quiero compartir. Porque Vietnam es además un país maravilloso, donde la gente es un tesoro y porque es el país que mayor felicidad me ha otorgado.
Empezando por el viaje, fue agotador, el avión para mi excesivo, pero es evidente que pasaría 100 veces por lo mismo por obtener el resultado final. Aún así no pude dormir nada, solo escribia a Julia Bien y leía y pensaba, soñaba, imaginaba y me emocionaba pensando que allá iba. Pensaba sobre todo en mis amigas del alma que tienen que hacer pronto el mismo viaje; Isabel, Ana, Mónica etc...
Llegamos al país y nos recibio un clima tormentoso y no muy calido, fresco el ambiente, lo cual me gustó. Pense tampoco hace tanto calor..... dias mas tardes compobé que sí hace todo el calor del mundo concentrado en una ciudad. Pronto comprobe el caos circulatorio y confieso que pase miedo en el taxi que nos levaba al hotel. En pleno centro, vivimos muy pronto el Vietnam profundo y auténtico, las carnes del mercado al aire y sus moscas, los olores, la gente vendiendo, comiendo en la calle, cortandose las uñas de los pies y cepillandose los dientes al lado de una obra y una señora vendiendo dulces.... Debo confesar que los olores tan intensos, el caos, el ruido y supongo que mi cansancio hizo el resto, pero solo me apetecia una ducha y una siesta antes de la cita con los representantes de la ecai.
Pronto descubrí que no podía dormir y que mi estomago estaba resintiendo el cansancio y la comida del avión.... pero la felicidad del dia siguiente conocer a Julia lo podía todo. No dormi apenas esa noche y me imagine de mil formas el encuentro con ella. Solo había un pequeño detalle que nos hizo algo más triste la noche, nos comunicaron que habia un problema con una documentacion y que nuestra entrega no sería el proximo día como el resto de familias sino dos dias mas tarde. Me consolaba el pensar que cada dia iba a visitar a mi niña y que en vez del lunes el miercoles la tendriamos. Toda yo se preparaba para ese día, iba a cogerla en brazos, parecia mentira que solo unas horas me separaran de ella. Fue una noche larga, casi totalmente en vela, pero el amanecer en Hanoi de ese día no lo olvidaré nunca; fue otro regalo de Vietnam.
4 comentarios:
que ganitas tenía ya de leerte... cuando fuimos la primera vez a Vietnam por turismo, tuve una sensación de pánico en el taxi, que me quería volver a casa! en HCM creo que es peor, ves como las motos se te cruzan por todos lados, por las aceras, en todos los sentidos... esta vez en ese sentido vamos más tranquilos pq. ya conocemos el país, así que podremos dedicar todos los sentidos a lo que más nos interesa... Para cuando la 2ª parte???
Laura, gracias por transportarnos con tus palabras a Vietnam, que ganas que tengo de pasar miedo en un taxi, de no pegar ojo la noche antes de la entrega, bufff!!! Que nervios, bueno guapa cuando puedas sigues contándonos, que a los que seguimos esperando nos encanta leer las vivencias de los que ya estáis con vuestros pekes.
Un besazo grandote
Me gusta leer tus vivencias en esa historia maravillosa que habeis comenzado...estaré atenta a la segunda parte.
Un abrazo.
Gracias, guapa por compartir con nosotros esa maravillosa aventura en Vietnam. Para mi ya sabes que no solo es leer vivencias super importantes de personas a las que quiero un monton, sino tambien un gran aliciente para seguir esperando.
Esperamos el siguiente capitulo, cuando Julia os deje.
Besos
Isabel
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