Uno de los objetivos más elevados que me planteo en mi vida es conseguir transmitir las herramientas para alcanzar la paz; esa paz interior que nos puede conducir a la felicidad. A veces llegas a tener tan claro como transmitir esto a los demás, que te olvidas de dejarlo fluir en ti misma. Y es que a veces “en casa de herrero cuchara de palo” ¿no?, pues bien dentro del alma, la emoción, que va más rápida siempre que la razón, llega la primera en esta carrera corazón-razón. De pronto un insight te muestra que solo a través de ella (el alma) llegas a entender que esa paz es “la paz que supera toda comprensión”; por ello la razón aquí no tiene cabida, debemos dejar fluir al corazón.
Uno de nuestros primeros descubrimientos cuando emprendemos el camino de la superación es la guerra que mantenemos con nosotros mismos. Nos enfadamos por nuestros errores; estamos resentidos por nuestras debilidades; nos resistimos a hacer realidad nuestras aspiraciones más elevadas. Queremos progresar en la vida, ser mejores personas, levantarnos cada día sabiendo algo más de nosotros mismos, pero no nos gusta su precio.
La resolución de estos conflictos estriba en el discernimiento de “lo que es será” y debemos hacer nuestra parte del trabajo pero no más, lo demás debemos dejarlo fluir y ello nos lleva ineludiblemente a la Paz Interior que buscamos.
La Paz Interior. Vivir conociendo esta cualidad profunda, aunque sutil, es estar bien sintonizado con el poder de la compasión y del amor. De la generosidad que tanto nos devuelve y de vivir conforme a nuestras circunstancias y nuestros valores que es lo que realmente nos deja descansar por las noches.
Pero ¿qué es esta paz interior? Y ¿cómo podemos encontrarla?
Para mi, la paz personal es ese sentido interior de bienestar emocional , esa tranquilidad profunda que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y alcanzar a comprender la realidad de que “lo que es, será”.
La alcanzamos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo, cuando somos conscientes todo lo que nos ha dado y nos da cada día la vida.
La paz interior es el conocimiento de que todo está bien, la compresión de que ese motor que mueve el mundo lo tiene todo bajo control, aun cuando nuestro mundo parezca a punto de explotar. Nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y espiritualmente, y a veces físicamente de esos rollos que nos preocupan, de los conflictos o de nuestras responsabilidades mal comprendidas.
Esta paz se convierte en una realidad cuando trasladamos nuestro centro desde los problemas, esos que no podemos resolver, hasta una visión más elevada de compresión del porque. Trascendemos y entendemos que no debemos preocuparnos sino ocuparnos. Porque en ese preocuparnos dejamos caer la tristeza y los miedos.
Para llegar a esta paz interior, he tenido que desmontar algunos de los obstáculos externos y también personales que me atemorizaban; el miedo al futuro y las lamentaciones por lo que no tenia y tanto deseaba.....
Pero me falta aún camino por recorrer, el viaje completo a la paz interior significa que también tengo que superar los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la terquedad y los puentes helados de la rigidez de muchos. Pero deseo viajar, aunque sé que el viaje hacia la paz no se realiza en un año, ni en una vida.
Aceptar el cambio que debo hacer para alcanzar los objetivos, cuando algo no sale como esperábamos, superar la desesperación cuando entro en ella ; entender que esta no es una respuesta sana, porque sé que muy pocas veces las cosas se dan como las pensamos. He aprendido que si me dejo fluir, soy más capaz de encontrar las oportunidades para llegar a los cambios que necesito.
Muchas veces nos encontramos frente a encrucijadas que, simplemente, no sabemos como resolver. A veces nos vemos obligados a tomar decisiones que no podemos afrontar. Mucho tiempo pensé que lo mejor era decidir por una de las partes y hacerme responsables del camino emprendido (aún a veces me sale este pensamiento) . Sin embargo, he tenido este insight hace muy poco, una nueva visión acerca de estas encrucijadas me dice que la clave está en la alternativa natural de aprender a fluir. Es decir, no se trata de tomar siempre las riendas de todo, ni obligarme a aceptar lo que elegí en un momento dado, sino de esperar que el tiempo acomode las cosas; cambiar la alternativa si hace falta y dejarme fluir.
Aprender a fluir ante lo inesperado y saber aprovecharlo es un entrenamiento que debemos aplicar en los sinsabores de la vida y los fracasos. Porque ninguno de los dos será tal cosa si sabemos encontrar las oportunidades.
Al fluir, veo que mi energía va hacia objetivos más elevados y de mayor plenitud que me parecían imposibles en otro momento. Siento entonces que mi vida es básicamente buena y que lograr lo que deseo sin tensiones, ni luchas es parte de mi derecho.
Una vez leí una metáfora que me encantó de Shakti Gawain : “Imaginemos que la vida es un río. La mayoría de la gente se acerca a la orilla, temerosa de soltarse y arriesgarse a ser arrastrada por la corriente. En un determinado momento, todos debemos estar dispuestos a soltarnos, confiando en que el río nos lleve sanos y salvos”.
14 comentarios:
Paz, oportunidades, cambio, valentía... son todo conceptos bonitos pero muy duros.
Es genial lo que planteas y cómo lo planteas...
Aunque nadie dijo nunca que ése camino fuera fácil, no?
Adelante y gracias por la reflexión.
Bet
Paz interior, que bonito suena...
Buena suerte en la aventura...
muaks
El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.
Amado Nervo
Yo me sigo preguntando si primero llega la paz interior y luego aparece la verdad, o si al encontrar la verdad la paz interior se instala en nuestra vida.
Y para evitar quebrarnos la cabeza tu sigue buscando la luz que seguro que todo lo demás llegará por añadidura.
hola laura,he leido lo que has escrito y me ha parecido increible porque me he sentido completamente identidicada contigo
(jolin esta vez si que me dejó dejar mensaje!!!,pos sigoo lo que iba diciendote)(jejeje) que algunas veces nos mosqueamos y nos encendemos tanto llenándonos de ira, rabia e impotencia,que tienes la triste necesidad de golpear y gritar, fruto de la indefensión que sentimos en este mundo de encrucijadas en las que los guardianes de dichos caminos no nos facilitan el paso muchas veces.Eres mucho mas perseverante que yo. y fruto de ser asi en muchas ocasiones derribas algunos guardianes sintiendote aun mas fuerte y orgullosa de tus esfuerzos, pero,,,, cuando en la misma encrucijada nos encontramos con muchos muros a la vez no podemos golpearlos porque no conseguirimos nada mas que sentirnos aun peor, es ahí donde nuestra fe o voluntad deben mantenerse, pero utilizando otra estrategia, la de dejar fluir y esperar, en una espera activa,porque no por mucho que esperes llegara el bus antes sino a la hora que deba llegar.
... y como dijo Ghandi, la paz es el camino (podemos adaptarlo y decir que la paz interior nos ayuda en el camino)
Un abrazo gordo
mar
Ay cariño!!, ahora que te contesto con lo bien que escribes!!, jeje.
Que todo lo que escribes y sale de tu cabecita, lo dicta ese órgano maravilloso que es tu corazón y que es maravilloso sentir paz, cuándo hoy en día andámos gritando, corriendo y rechistándo por todo.
Paz....que bonito suena y que agradable poder sentirlo.
Un besazo
loli
La paz interior se convierte en una realidad cuando trasladamos nuestro centro desde los problemas que no podemos resolver hasta una visión más elevada de compresión del porque. Trascendemos. En este traslado, dejamos caer la tristeza y las preocupaciones. La dicha que queda es la paz.
Te deseo de todo corazón que consigas tu paz interior.
Un abrazo.
A esa maravilla que llamas paz interior llamo yo SERENIDAD. Serenidad para enfrentar los problemas, serenidad para aceptar todo lo que nos da la vida y a los que están en ella, a mi lado. Para mi esa serenidad me viene de 2 cosas fundamentalmente: el valor que le doy a todo lo que la vida me da, que hace que enfrente los problemas con cierto positivismo; y el ser feliz conmigo misma, el estar tranquila con mi comportamiento con los demás y con los valores que creo principales en mi vida.
Creo que todo es un ejercicio de enseñar a nuestro cerebro a tener fe en nosotros y en nuestra vida, a tener paciencia y a adaptarnos a los cambios inesperados que en ella se producen siempre teniendo una actitud de supervivencia porque siempre habrá algo bueno en ese cambio, solo hay que encontrarlo.
Ten fe en que tu hij@ llegará más tarde o más temprano. Las cosas en la vida no pasan cuando nosotros queremos y eso en la adopción es más verdadero que en otra cosa. Tenemos que trabajar esa serenidad porque sino llegaremos destrozados al final del camino. Gracias por plantear algo que es fundamental para todos. Muchos besos y mucha paz.
Isabel
Hola a todos, ante todo gracias por los comentarios. Aclarar que las ideas de esta entrada las he leido muchoooo en mi vida de otros autores y solo las he maquillado con mi sentir actual y mi experiencia personal, he querido hacer una reflexión y un llamamiento a lo importante que es buscar y mantener la paz en el proceso que nos une. No quiero que se entienda que son ideas originales mias y formuladas por mi.
besos y gracias
laura
Hay momentos en los que se puede luchar, otros en los que hay que decidir, otros donde toca resistir y otros en los que sólo se puede esperar los resultados de todo lo anterior, con la tranquilidad de haber hecho todo lo que estaba en nuestra mano y nos dictaba el corazón.
La paz la llevamos dentro, rebusca por los bolsillos de tu alma verás como la encuentras.
Y, tú misma lo has dicho, deja fluir el tiempo y tu espíritu, no podemos controlarlo todo pero el destino amenudo nos da gratas sorpresas.
Coincido plenamente con el comentario de "Abrilinos". Además, suelo encontrar mi paz interior al hacer reir a mis amigos y sobre todo cuando estoy con mi Isa. El humor es un bálsamo de positivismo para mí. Os deseo toda la paz interior del mundo en vuestra aventura.
Laura,
Este escrito es para volver a leerlo cada mañana antes de hacer otra cosa.
Me identifico completamente.
El año pasado - 1 de enero 2008 - puse como meta mantenerme en un estado de paz interior. Cada vez que me sentí inquieta imaginé la paz interior como un destino dentro de mí y me pregunté "¿Cual es el camino para llegar otra vez allí en este momento?"
Me ha ayudado mucho ver ese paz como un destino al que tengo que volver una y otra vez - porque como ser humano fácilmente me dejo llevar por las circunstancias. Pero en vez de enfadarme con mi misma, ahora intento buscar el camino con paciencia.
Gracias por tus reflexiones, me han encantado.
Un abrazo,
Brenda
www.adopcionpordentro.blogspot.com
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